SECCIONES

viernes, 15 de julio de 2016

La última de las vidas, el último cartucho.

A estas alturas del verano cada palabra que sale de mi boca va acompañada de sudor y sangre, con el calor que hace y lo mal que lo pasan los gatos en julio cuando el callejón se queda vacío. Siempre recordaré a mi querido felino, 7 vidas que se consumieron rápido, como una vela cuando se deja la ventana abierta y la ráfaga de viento la apaga en cuestión de segundos.
No sé en qué animal se reencarnará mi alma artística, ni tampoco en qué medio se verá reflejada, pero nunca voy a olvidarla.

De lo único que se avergüenza este gato es del animal más salvaje de este mundo: el hombre. Capaz de matar a sangre fría por una guerra santa, santa guerra por dinero, y dinero por poder. También el animal más hipócrita, el europeo cobarde que va de víctima por el mundo llorando a sus muertos y haciendo un culebrón de sus tragedias.
 Francia, ese mismo pueblo que día tras día deja a niños sin sus padres, a padres sin sus niños y a corazones sin alma en Palestina, bombardeando con cazas sus calles, sus ciudades y las casas de las familias que nada tienen que ver con el terrorismo del ISIS. Gente como tú, como yo, escribiendo en sus habitaciones artículos como este cuando de repente una bomba le deja sin familia, sin amigos, sin nada...Imágenes el doble de perturbadoras y dantescas que las de cualquier atentado en Francia. El problema de esas imágenes es que los que salen ellas son de oriente, no interesan, a nadie le remueve la conciencia, no estremecen en las aperturas de los telediarios.

Claro que duelen los fallecidos franceses, duelen igual, pero duelen lo mismo, ni más ni menos. Las banderitas en facebook, los #Prayfor... y demás lo único que consiguen es que los terroristas piensen que estamos acojonados, con miedo y los huevos de corbata pensando que eso podría pasar cualquier día de estos en España. Ese es su objetivo, el miedo.

Pero este felino ya no tiene miedo, puede irse tranquilo, viviendo en un país de fascistas fanáticos de una bandera que les representa más allá de su madre y su alma no hay nada que temer. Nuestro ejército de cuñados está más que preparado para luchar contra el terrorismo. Stop Islam, esa es su solución, matar a todo el que no sea católico, apostólico y romano. Enhorabuena, Hitler estaría orgulloso de vosotros.

Además, partís con ventaja, los terroristas entrenan para luchar en todo tipo de terrenos, pero creo que la barra del bar todavía no la tienen muy controlada.

Mantendré el blog una semana más, será un ''Hasta luego'', pues nos veremos pronto en otro formato. Ha sido un placer trabajar con vosotros.